El arte como manifestación del ser. Lineamientos para regular el arte terapia en función de la terapia gestáltica
María Elena Pallares Yabur
Resumen
El arte es un medio de expresión natural, diversas técnicas de terapia se han conjuntado con el arte para dar herramientas asertivas para el conocimiento personal. ¿Es la expresión artística manifiesto de la existencia del ser?
¿Existen directrices para conducir solo lo necesario la actividad artística sin sofocarla o interpretarla? Durante mi trabajo he identificado estas: silencio, no usar borrador, rayar hasta que el tiempo concluya, dibujar una sola hoja, rayar a mano alzada y disfrutar.
Introducción
En el año 1992 recibía mi primer clase de pintura, ya era bien conocida en casa por ser la hija que le gustaba pintar (las paredes de la casa de mis papás fungieron como mis testigos) estaba realmente entusiasmada porque tenía una caja de 24 colores y muchas hojas blancas que parecían invitarme a decir muchas cosas sobre ellas, tenía 13 años y recuerdo que una de mis hojas apareció con un rayón azul, me sentí abrumada, una hoja en blanco se había echado a perder con una raya, pensé que era injusto que por una raya azul desperdiciara toda una posibilidad de un cuadro.
Y así, sin pensar más, sentí el impulso de tomar el color azul y seguir el ritmo que la línea me invitaba a seguir, era como una voz dentro de mi interior que jugaba conmigo, que me dictaba y yo simplemente me dejaba llevar, la mano no estaba conectada con ninguna idea preconcebida, así fui cambiando de colores a capricho (sin imaginar a quien obedecía el capricho) solo lo permitía, recuerdo ejercer mucha presión sobre cada color, había una fuerza dentro de mí que decía cuántas veces había que pasar por cada lugar, con qué fuerza y en qué momento cambiar de color.
Al terminar de iluminar toda la hoja, me sorprendí, no era algo que hubiera visto antes, ¿Qué era? ¿A qué se parece esto? ¿Qué forma tiene? y lo más inquietante,
¿Qué quiere decirme esto?
En el libro Ventanas a nuestros niños dice que: «El acto mismo de dibujar, sin ninguna intervención del terapeuta, es una potente expresión del yo que ayuda a establecer nuestra propia identidad y provee una vía de expresión para los sentimientos» (Oaklander, 1998, p.53)
En ese momento pensaba que alguien, además de mí, había estado dictando los colores que debía tomar y las formas que debía realizar. No recuerdo haber tenido muy claro que quisiera expresar algo que pudiera poner con palabras, era como si hubiera sacado de mí algo que era parte de mí pero que no reconocía.
Durante mi trabajo como maestra de pintura reconocí estos patrones cuando les daba a mis alumnos la instrucción de trabajar moviendo sus manos al ritmo de la música o les pedía cambiar a capricho de colores, según el impulso del deseo.
Cuando trabajo con niños, hago el ejercicio de sacudir la mano como si ésta estuviera por completo alocada y descontrolada, tomo la mano izquierda queriendo sujetar la derecha que se mueve sin control y juego diciéndoles: Esta es la mano loca, ¿qué color querrá elegir la mano?, y la sacudo, la paso frente a todos los colores hasta que se detiene frente a uno y lo selecciona. Dar la instrucción que fomente la desconexión del control de la selección de los colores o las formas es de vital importancia para hacer una vinculación directa con la figura-fondo del paciente, sin el filtro de las resistencias, el compromiso con los introyectos, las deflexiones, la preocupación constante por evaluar cualquier figura que se plasme en el papel como bonita o fea, bueno o malo, correcta o incorrecta, o inclusive parecida a la realidad visual, es una de las cosas que abren el diálogo con los sentimientos y las emociones que muchas veces están retenidas.
¿Qué ocurre si logramos quitar la ilusión de una figura comprensible? ¿Qué se logra expresar si quito la ilusión del control sobre las formas y los colores que ilustran? ¿Qué sucede si frustro el uso del borrador en un dibujo? ¿Cómo podemos lograr generar un contacto con el símbolo de formas asertivas?
El uso del arte para la expresión emocional y el conocimiento personal terapéutico data desde principios del siglo XX. A continuación describiré algunas definiciones y fundamentos que nos servirán de apoyo para describir sus alcances.
María Elena Pallares Yabur (Elina Dib), originaria de Culiacán, Sin. Lic. en Diseño gráfico, madre de 6 hijos, cantante con 27 años de trayectoria. Actriz de voz, locutora, productora musical. Cuenta con 6 discos, que se encuentran en plataformas digitales. Artista plástica, poeta y compositora. Terapeuta gestalt con subespecialidad en Terapia de parejas y de niños. Escritora del libro de poemas. Alas al vuelo. www.elinadib.com @elinadib